Hacia el año de 1975 el maestro Pedro Cruz Castillo creó las monumentales pinturas que decoran las paredes del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe de San Diego de San Francisco de Morelia, mejor conocido como Santuario de Guadalupe o Templo de San Diego.
En el segundo de los cuadros, que es el que está al lado derecho del pasillo central desde la entrada, mirando al altar, antes de llegar a la mitad del templo, se puede ver a tres franciscanos que detienen un sacrificio. El sacerdote lleva un puñal de obsidiana, mientras que dos ayudantes sujetan al que iba a ser sacrificado. En un altar, a la izquierda del cuadro, se ve que dos franciscanos erigen una cruz rústica, que reemplaza un ídolo que yace en el suelo hecho pedazos. Del lado derecho, se ve un monolito que comienza a caer, al parecer empujado por una luz divina que emana de la cruz. El ídolo que cae es la Coatlicue, la dama con falda de serpientes, también conocida como Tonantzin, la madre de los dioses.
Fray Bernardino de Sahagún, en el Apéndice del libro XI de su Historia general de las cosas de la Nueva España (1575-1577) y en el Kalendario mexicano latino y castellano (ca. 1585), menciona que en el Tepeyac o Tepeaquilla se adoraba a Tonantzin, la “Madre de los dioses”, “Nuestra madre”. Para ver más acerca de este tema: https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/de-tonantzin-la-virgen-de-guadalupe